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Hoy jueves, solo se el día viendo el calendario porque estoy muy perdida en todo, lo único que hago es tragar y tragar todo lo que a pasado, el martes murió mi abuelo, algo que ya sabíamos que tenia que pasar, algo que hasta el sabia muy bien.
Cuando empece a escribir cosas que el resto del mundo también pudiera leer prometí nunca escribir cosas muy personales, cosas que me mostraran vulnerable, pero hay cosas que tengo que mostrar de mi tal como dije que lo haría.
Mi abuelo no era famoso, no invento algo que lo hiciera millonario, quizás hasta tu pasaste por su lado en la calle, no tenia grandes riquezas ni empresas, tampoco tenia un apellido extranjero o raro de esos que tanto se idolatran en Chile, no nació en Santiago pero lo conoció y vivió en el como solo algunos lo hacen. El solo tenia su familia, algunos amigos y vecinos de toda la vida, y eso creo que es mucho mas importante que tener un apellido extranjero o raro, mas que tener riquezas y empresas, millonario o famoso, el solo era un caballero muy alto y delgado siempre vestido como tal, hasta sus días en cama preocupado de estar bien afeitado.
Tal vez por culpa de el y mi papa es que tengo esa aferracion a caminar por ese Santiago que pocos conocen, ese que esta detrás de los edificios grandes y de moda, ese en donde vive la gente de verdad y no los turistas, ese que tiene mas historias que el café literario top, ese que toda autoridad y gente de poco cerebro quiere echar abajo para hacer mas edificios feos, malos y terribles (inmovilia-laboratorio paz) por unos cochinos y manoseados pesos.
Ayer fue un día muy desgastador, ya que al funeral de mi otro abuelo (casi un año atrás) no pude ir por tener un trabajo grande de taller, que no se que tan importante fue porque hasta el día de hoy siento una culpa inmensa, todavía no puedo creer que puse algo como un trabajo encima de mi vida personal, que también me hizo dejar de lado a mis amigos y a mi amado, algo que por fuera fue visto como una decisión super profesional pero para mi lamentablemente no.
Ayer fue como si hubiera sido el funeral de mis 2 abuelos, pase casi un año tratando de aceptar uno para que ocurriera el otro, y aunque tengo mucha pena se que es algo que tenia que pasar.